Poesía desde e para o confinamento. Máis unha vez e grazas ao meu caro amigo Manuel Suárez Suárez recibo outro poema inédito, acorde cos tempos que estamos a vivir, de Carlos Penelas (Buenos Aires, 1946), autor con raíces galaicas e con moita relación co noso País como se pode ler na autobiografía do seu propio sitio web.
Reproduzo deseguida o poema de Carlos Penelas, a quen coñecín brevemente anos atrás, en 1997, cando foi convidado a participar no Congreso de Poesía 50º Aniversario de Cómaros Verdes de Aquilino Iglesia Alvariño que se realizou en Vilagarcía de Arousa, onde presentou un interesante e ben documentado relatorio sobre «Poesía e inmigración en José Conde».
Estoy en mi biblioteca.
Por la pequeña ventana miro una pared.
Sobre mi escritorio una cita de Dante,
un conjuro de la fugacidad y de la muerte.
Sé de la desolación en las calles,
de cisnes en canales venecianos,
y zorros deambulando en Trafalgar Square.
La aflicción ensombreció los caminos del Apóstol,
divinidades de invisibles designios.
Delfines en Cerdeña, miles de ciervos en Nara.
En Nueva York un fanático delirio
abandona voces impasibles.
Se cierran fronteras, laberintos, puertos.
En las villas miserias no hay agua
ni pianos ni magnolias.
Sólo desamparo y miradas tribales.
Me dicen que patrullan barrios,
que acecha el miedo, el suicidio, la bruma,
que el dolor habita en mezquinos lechos,
huérfanos de belleza y de estrellas.
Por la pequeña ventana de mi biblioteca
miro el velamen de una barca.
Carlos Penelas
Buenos Aires, 25 de marzo de 2020