Poemas (LXXXV): «El Crimen fue en Granada», de Antonio Machado

Baeza001(2-01-2015)
(A fotografía coa fermosa estatua de Antonio Machado en Baeza, da autoría de Antonio Pérez Almahan en 2009, foi tirada o 2 de xaneiro de 2015 por Mar Cabaneiro. Premer na imaxe para agrandar o tamaño)
Tal día coma hoxe morreu no exilio o poeta andaluz Antonio Machado (Sevilla, 26 de xullo de 1875 – Colliure, Francia, 22 de febrero de 1939). Materia de estudo nos meus anos de bacharelato na materia de Literatura Española pola súa pertenza á denominada «Generación del 98» e como un dos mellores representantes do modernismo poético. Se callar naqueles anos, por mor dun profesor de infausto recordo para min por moitas razóns que non veñen ao caso, non cheguei a terlle a querencia que provocou en min a súa lectura posterior. Hai ducias de poemas da súa autoría que me tocan a febra, como se adoita dicir, e entre eles está o que escribiu ao se enteirar do asasinato de Federico García Lorca a mans dos franquistas. Velaquí:
«El Crimen fue en Granada»
1. El crimen
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
… Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.
2. El poeta y la muerte
Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban…
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»
3.
Se le vio caminar…
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!
Antonio Machado
AntonioMachado

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