«Elogio de la brevedad», un relato do próximo libro de Eduardo Galeano


(Fotografía de Ezequiel López Aranguren, quen comenta «Se trata de una foto hecha al lado del mítico estadio Centenario, escenario del primer mundial de futbol de la historia, 1930, realizado en la ciudad de Montevideo, a donde lamentablemente, Uruguay le ganó a Argentina 4 a 2. Ahí mismo, un cartel en honor del gran Obdulio Varela, quien anotara el 2 a 1 en la final del 50 en Brasil, y que dió a Uruguay un nuevo título del mundo, dejando a Brasil con las manos vacías, y con el dolor histórico del maracanazo. Eduardo eligió ese lugar, ya que el recordado Varela fue gran amigo suyo»)

(Manuscrito de Eduardo Galeano)
Estou de grata noraboa lectora. Hai anos que son devoto da literatura de Eduardo Galeano, a quen tiven a sorte de poder escoitar non hai moito tempo en Compostela, o 12 de maio do 2008 no ateigado Auditorio de Galicia, no acto de presentación do seu libro Espejos, daquela introducido por Manuel Rivas, e do que nos deixou testemuño a cámara do desaparecido xornal anosaterratv (que reproduzo abaixo).
Pois ben, no xornal mexicano La Jornada (vía rebelión.org) podo ler en primicia un xeneroso adianto do seu último libro intitulado Los hijos de los días, que coma os anteriores vai publicar a editorial Siglo XXI. O lanzamento oficial acontecerá o vindeiro 17 de abril e está previsto de maneira simultánea en Arxentina, España e México. Velaquí un fragmento.
Enero 9
Elogio de la brevedad
Hoy se publicó, en Filadelfia, en 1776, la primera edición de Sentido común.
Thomas Paine, el autor, sostenía que la independencia era un asunto de sentido común contra la humillación colonial y la ridícula monarquía hereditaria, que tanto podía coronar a un león como a un burro.
Este libro de cuarenta y ocho páginas se difundió más que el agua y el aire, y fue uno de los papás de la independencia de los Estados Unidos.
En 1848, Karl Marx y Friedrich Engels escribieron las veintitrés páginas del Manifiesto comunista, que empezaba advirtiendo: Un fantasma recorre Europa… Y ésta resultó ser la obra que más influyó sobre las revoluciones del siglo veinte.
Y veintiséis páginas sumaba la exhortación a la indignación que Stéphane Hessel difundió en el año 2011.
Esas pocas palabras ayudaron a desatar terremotos de protesta en varias ciudades. Miles de indignados invadieron las calles y las plazas, durante muchos días y noches, contra la dictadura universal de los banqueros y los guerreros.

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